Impresiones de 4th Generation Warfare

Impresiones de 4th Generation Warfare

Nadie dijo que dirigir un país fuera fácil

Los desarrolladores Eversim, con dilatada experiencia ya en la realización de juegos estratégicos con tintes políticos, nos traen este 4th Generation Warfare donde podremos, si queremos, dejar de ser tertulianos de salón y batirnos el cobre con el resto del mundo para llevar a nuestro país a la prosperidad … o a la ruina más absoluta.

Antes de comenzar con las impresiones del Early Access de 4th Generation Warfare, es importante explicar qué significa el título de la propuesta que os presentamos. La acepción de guerra de cuarta generación se refiere a aquella que comprende, entre otros, los siguientes subtipos: guerrillas, asimétricas, el terrorismo de estado, las guerras populares y civiles además de la propaganda y otras técnicas incluida la cibernética.

No suelen ser guerras entre estados en sí sino contra grupos violentos con diferente naturaleza (política, religiosa, etc..). Ejemplos de este tipo de guerra serían aquellos conflictos civiles en Angola, China o Vietnam.

La razón por la cual he realizado esta exposición es que el título que nos ocupa, 4th Generation Warfare, nos permite experimentar (y nos hace partícipe) de la mayoría de los subtipos de guerra mencionados bajo una interfaz y estilo de juego que nos recuerda muchísimo a clásicos del género como la saga Civilization o, algo ya más alejados en cuanto a mecánicas, Age of Empires o el ya lejano en el tiempo World in Conflict.

No hay dos partidas iguales ni dos conflictos equivalentes

El modo en que está planteada la propuesta hace que cada una de las partidas en las que nos enfrasquemos sea completamente diferente. Aunque la meta de cada una de ellas será la misma (ser la nación que obtenga mayor puntuación de todos los combatientes), al iniciarlas se nos permite configurar si queremos tomar el rol del presidente y elegir así nuestro equipo o comenzar con un gobierno completo.

También podemos escoger el número de turnos y la duración de los mismos así como seleccionar qué tipo de objetivos secretos deberemos cumplir para avanzar hacia la victoria. Éstos pueden ir desde aspectos como lograr buena relación con ciertos países hasta otros más oscuros como provocar conflictos civiles en determinadas localizaciones.

Finalmente, se nos permite seleccionar el país con el que afrontaremos la partida entre todos los del mundo así como las naciones que serán nuestras rivales, siendo los mandatarios versiones muy reconocibles de los que actualmente rigen las naciones del mundo.

La versión actual sólo permite llevar a cabo partidas en solitario, prometiéndose la posibilidad de enfrentarnos online con otros jugadores en la versión final.

Menú de configuración de partida, donde se nos permite seleccionar el modo de juego así como establecer parámetros respecto al número y duración de turnos de juego

Nuestro papel como jugadores será decidir en cada turno cuáles de los personajes asociados al gobierno realizará una acción y escoger entre la gran variedad de ellas para llevarla a cabo. En este punto es justo mencionar la enorme cantidad de posibilidades con las que contamos, teniendo cada uno de los cargos también acciones exclusivas tales como poder secuestrar a algún mandatario enemigo, sobornar o hackear la red cibernética.

Asimismo existe un set de instrucciones comunes a todos los personajes como desplazarse a lugares, invitar a alguien a comer o iniciar una conversación. Estas últimas serán importantes para lograr crear una red de influencias que nos pueda acercar a alcanzar las metas planteadas.

Pantalla de puntuación de partida. Se muestran todos los sucesos ocurridos durante la partida (incluyendo su efecto en la puntuación) así como los objetivos actuales

4th Generation Warfare presenta una interfaz bastante completa que nos permite, de un vistazo, saber lo que está pasando en el país así como comunicarnos con los miembros de nuestro equipo a través de teléfonos móviles cuyos mensajes se muestran en pantalla emulando los que recibiríamos en terminales reales. Además, el título nos enseña, mediante titulares de un periódico ficticio, los hechos más importantes que están sucediendo a nuestro alrededor.

El juego nos permite, de un vistazo, saber el estado de cada una de las instalaciones desplegadas en el país, mostrando en rojo aquellas áreas que necesitan de nuestra atención urgente

Nadie dijo que la gestión de un país fuera sencilla

Los inicios de la partida (en modo presidencial) consisten en ir eligiendo los miembros de nuestro equipo (seleccionando entre varias opciones con perfiles psicológicos y niveles de experiencia diferentes) y empezar a gestionar aspectos como la distribución presupuestaria y los recursos disponibles.

A medida que el equipo gubernamental va creciendo, también tendremos que supervisar la contratación de cargos inferiores como inspectores, policías o diplomáticos. Estos últimos serán clave para establecer relaciones con otras naciones y lograr acuerdos estratégicos y comerciales.

Para obtener aquellos recursos de los que nuestro país carece, será necesario llegar a acuerdos comerciales con otros países

Pero, al igual que en la vida real, no todo es color de rosa en nuestro devenir como mandatarios en el mundo de 4th Generation Warfare.

También tendremos que enfrentarnos a sucesos poco o nada agradables como revueltas populares, atentados terroristas, sabotajes en las instalaciones energéticas, secuestros, asesinatos e incluso declaraciones bélicas por parte de naciones enemigas. Ahí es donde tendremos que arremangarnos y decidir, de manera rápida, cuáles de nuestros efectivos han de actuar para solucionar las situaciones conflictivas antes de que escalen.

Declaración de guerra por parte de una de nuestras naciones rivales

Como se puede ver, la premisa inicial del título es bastante atractiva, permitiéndonos controlar todos y cada uno de los aspectos necesarios para el manejo de un país. Y ahí radica el problema principal de la versión actual de 4th Generation Warfare: es tan ambiciosa la propuesta que poder cumplir con nuestras tareas se convierte en algo totalmente inabarcable, resultando en una experiencia frustrante para el jugador.

En papel suena bonito, en la realidad no tanto

Es importante mencionar que no contamos con ningún tipo de tutorial (aparte de un vídeo de 13 minutos colgado en YouTube por los desarrolladores donde se explica poco más que la interfaz) y que las únicas pistas sobre lo que tenemos que hacer las encontramos en las exiguas pantallas de objetivos secretos.

Aunque sí que sabemos que los pasos iniciales consisten en elegir el equipo de gobierno, antes de que acabe nuestro primer mes en 4th Generation Warfare ya habremos tenido una cantidad de desgracias e incidencias a resolver que hacen que la partida se ponga cuesta arriba de manera irremediable.

Quizá se pueda achacar a la aleatoriedad de eventos y a la mala suerte, pero no considero normal sufrir 6 atentados, 4 sabotajes de centrales eléctricas, 3 revueltas populares y 5 secuestros durante el primer mes. Y, sin ningún tipo de asistencia, pronto entramos en una espiral general dramática que hace que nuestra carrera política (y el devenir del territorio a nuestro cargo) caiga en picado.

Y, entonces, al empezar el segundo mes, ¡te declaran la guerra! Considero que hay un error grave en cuanto a la distribución temporal de eventos que, sumado a la dificultad de poder asimilar todas las mecánicas de los diferentes personajes, genera una sensación de hastío sobre la partida en curso, asumiendo que es difícil tapar todos los agujeros que van saliendo.

En la guerra hay veces que hay que tomar rehenes. Aunque, en este caso, somos nosotros los que vamos perdiendo

Gráficamente 4th Generation Warfare es ambicioso: aunque el mapa del mundo está en 2D pero los personajes principales se muestran en 3D, intentando mostrar con detalle rasgos característicos de los mismos.  El juego nos permite visualizar alguna de las ciudades en 3D (aunque la disposición de las calles no es exacta a la realidad), representando asimismo alguno de los edificios.

Pero, de nuevo, su exceso de ambición hace que el rendimiento se resienta, con una falta de fluidez destacable al desplazarnos por el mapeado. La interfaz de juego es eficaz pero no excesivamente agradable a la vista, con un tamaño de texto bastante reducido que impide la visualización correcta, sobre todo cuando el volumen de nuestro equipo de gobierno crece considerablemente.

Ejemplo de visualización detallada de una de las ciudades del juego, mostrándose los edificios representativos en 3 dimensiones

Con respecto al aspecto sonoro del juego, estaremos acompañados de una melodía anodina pero no intrusiva durante toda la partida. Cada vez que suceda un evento importante se nos mostrará en el periódico ficticio mencionado con anterioridad a través de pantallas estáticas o vídeos, estando estos últimos doblados al inglés contando el título con todos sus textos correctamente traducidos al castellano.

Es posible que, en los meses que queden para el lanzamiento de la versión final, 4th Generation Warfare pueda ser retocado (especialmente respecto a la inclusión de asistencia o tutoriales más completos) y así lograr aunar la enorme ambición con una experiencia jugable satisfactoria. Mimbres hay, así que sólo queda esperar a que los desarrolladores escuchen a la comunidad y enderecen un título que, en sus bases, es muy prometedor aunque, en su versión actual, no es disfrutable.

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