Impresiones de Rising Lords

Impresiones de Rising Lords

Impresiones de Rising Lords

Rising Lords se abre al mundo con un acceso anticipado en Steam que quiere conquistar nuestros corazones a base de referencias a juegos de mesa que nos hará recordar las tardes que pasábamos jugando a Catán o Aventuras Palaciegas con nuestros amigos.

En el estado actual de desarrollo, Rising Lords nos ofrece partidas rápidas con jugadores controlados por la CPU o por nosotros mismos. En estas, no encontramos ningún tipo de historia o argumento que nos guíe a través de la partida, simplemente jugamos por la diversión de jugar. Elegimos un escenario, ponemos nombre al señor de nuestro reino y como detalle curioso, lo podremos personalizar tanto en aspecto, como en rasgos y objetos. Según los objetos y rasgos nuestro lord tendrá diferentes habilidades en el combate.

Nuestro lord puede ser “descuidado” como nosotros

Uno de los puntos más importantes en la jugabilidad de Rising Lords es el de las barajas. Tras personalizar nuestro lord, podemos crear una baraja que nos ayudará en nuestras batallas con modificadores que serán claves a la hora de balancear las batallas. Tras terminar los preparativos de nuestro lord y elegir el escenario, es hora de jugar. El eje central de la gestión de recursos en Rising Lords es la población. Deberemos preocuparnos de su salud, felicidad y principalmente de su número ya que cuantos más tengamos, más poderosos serán nuestros ejércitos y mas trabajadores podremos utilizar para extraer recursos.

Escenarios 2D con un arte inspirado en el estilo medieval, que si acertado en lo estético, no me parece muy llamativo

En cuanto a recursos, tenemos los clásicos materiales, pero al ser la edad media, lo que más cuenta son los alimentos. Tenemos trigo, ganado bovino, ovino y equino (si, este último también se come) y deberemos intentar tener un poco de todos ya que la variedad de alimentos garantiza la salud de nuestros aldeanos. En cuanto a la felicidad, nada como pagar menos impuestos para que sean más felices. Si aumentamos la felicidad y la salud, conseguiremos que se difunda por otros reinos lo próspera que es nuestra tierra consiguiendo aumentar nuestra población.

Estos campesinos van sobrados de trigo para pasar el invierno

Pero, en el medievo no todo era comer y pagar impuestos, también había que defender o atacar territorios. Una vez tenemos una población numerosa, podremos crear batallones para ir a luchar por nuestro reino. A la hora de crear un batallón, elegiremos de que soldados nutrir nuestras filas, aunque por ahora, solo hay disponibles arqueros, lanceros y soldados con espada. También tenemos la opción de añadir campesinos que vayan con palos que, si bien son numerosos, no son muy poderosos.

Al formar el batallón, debemos tener en cuenta que este, está formado por habitantes, por lo que, si creamos soldados, perderemos población. Además, a la hora de hacer soldados necesitamos fabricar armas que a su vez requieren del material que solo los aldeanos pueden extraer, por lo que el equilibrio a la hora de elegir cuantos soldados queremos añadir al batallón es importante.

A este señor no le sentó bien que le atacase

Cuando nuestro ejército se encuentra con otro es cuando empieza la batalla que podemos elegir librar nosotros o que sea la IA la que se encargue de resolver de forma rápida. Es un buen detalle si te interesa más la mecánica de gestión que la de las batallas, pero en estas últimas es donde se ve que más se han esforzado.

Al librar las batallas podremos mover las unidades (agrupadas en tipo de soldado) por diferentes casillas y aquí es donde entran esas barajas que mencionamos al principio. Podemos usar distintas cartas para estos combates que nos permitirán ganar o perder los enfrentamientos. Estas cartas tienen un valor muy importante a la hora de mover la balanza hacia un equipo u otro, por lo que debemos usarlas de la manera más sabia posible.

No es El Abismo de Helm pero también hay flechas y picas

Una vez terminadas las batallas iremos conquistando ciudades y continuando con la gestión del reino. Como detalles para variar este ciclo están las visitas del mercader y del mercenario, que nos permitirán intercambiar materiales y soldados. Además, el juego cuenta con un sistema de eventos que nos podrá salvar de más de una o mandar a nuestra ciudad al otro barrio según le dé al juego por multiplicar nuestros recursos o reducirlos al mínimo. Para mi gusto estos eventos tienen demasiado peso en el porvenir de tu ciudad y no hay modo de prevenirse de ellos.

Por ahora, eso es todo lo que ofrece Rising Lords, que a esperas de futuras actualizaciones en las que prometen un sistema de diplomacia, a mí se me hace un poco escaso. En lo técnico ya lo estáis viendo. Escenarios 2D con un arte inspirado en el estilo medieval, que sí acertado en lo estético, pero no me parece muy llamativo. Los efectos de sonidos son muy limitados y la música un poco repetitiva. No quiero indagar en estos aspectos ya que el estado es de acceso anticipado y puede que mejoren a lo largo del tiempo, pero graves problemas de rendimiento y una fuente realmente poco legible suponen unos obstáculos muy importantes a la hora de disfrutar este juego.

Creo que me tengo que graduar las gafas

Rising Lords trata de acercarnos lo máximo posible un juego de mesa a la pantalla de nuestros ordenadores, por desgracia, da la sensación que por el camino olvida añadir todo lo que separa los juegos de mesa de los videojuegos. Esperemos que en futuras actualizaciones podamos disfrutar mucho más de este juego

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